La familia de la víctima teme represalias y pidió protección: "Nadie denuncia nada porque todos tienen miedo".
Una joven de 21 años fue agredida brutalmente por un grupo de mujeres en el barrio La Toma de la localidad de Barranqueras, tras alertar a la policía sobre la presencia de un hombre consumiendo drogas en la vía pública. El hecho ocurrió el pasado fin de semana y derivó en la detención de tres personas, quienes quedaron a disposición de la justicia.
Según relataron los familiares, el conflicto se originó cuando la joven salió de su domicilio para pedirle a un hombre que se retirara de la esquina donde estaba consumiendo estupefacientes. Minutos después, intervino la policía y condujo al individuo a medicina legal. Posteriormente, familiares del detenido se presentaron en la casa de la denunciante y la atacaron violentamente.
"Mi hija está muy dolorida. Tiene puntos en la cabeza, la nariz cortada y el ojo inflamado. Le cuesta ver", contó María, madre de la joven agredida, en declaraciones a medios locales. "Vinieron a mi casa, me rompieron todo, cortinas, ventanas. La querían sacar a ella para golpearla", agregó.
Delia, tía de la víctima, también fue testigo de la situación. "Estaban adentro de la casa y las atacaron igual. Las mujeres la llamaron para hablar, pero era mentira, era para pelear. Casi la matan", denunció.
Desde la policía confirmaron que el caso se inició como una tentativa de homicidio y luego fue recaratulado como "lesiones graves y amenazas". Las tres personas señaladas como autoras del ataque fueron detenidas horas después del hecho, cuando se presentaron espontáneamente en la comisaría primera.
Los testimonios de la familia revelan una situación de tensión y temor que afecta a los vecinos del barrio. "Acá no se puede vivir. Si hablás, te vienen a apretar. Nadie denuncia porque todos tienen miedo. Parece que ellos son los dueños del barrio", sostuvo la madre.
Además del episodio de violencia, los vecinos aseguran que en la zona hay un alto nivel de consumo de drogas y venta clandestina. "Es un desastre. Se drogan en la esquina a cualquier hora. Queremos seguridad, no se puede seguir así", reclamó Delia.
La familia evalúa la posibilidad de mudarse por temor a nuevas represalias. "Nos amenazaron con quemarnos la casa si no sacábamos al chico que estaba adentro. Tuvimos que encerrarnos. Mi mamá está enferma, hay bebés en la casa, no podemos vivir con miedo", expresó una prima de la víctima.
Mientras la joven se recupera de sus heridas, sus familiares piden justicia y mayor presencia policial en el barrio. "No queremos que esto le pase a nadie más. Hoy fue mi hija, mañana puede ser otra persona", concluyó María.